Aunque tú no lo sepas, he seguido tus pasos.. Perdiendo el
miedo a no tenerte. Segundas oportunidades buenas. Pero soportando la tentación
de la primera mirada, del sabor del primer beso, del ardor de recorrer tu piel
con los dedos. El primer temblor. El primer sonrojo. La primera sonrisa.
Chiquita, volverme loco. Atado a ti. A tu eternidad. A tu infinita locura. Y
después regresar, como volver a empezar sin entender nada, con promesas
anticuadas y un latido que te llama a gritos: ven porque te necesito.
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