martes, 31 de diciembre de 2019

Balance


No era muy dada a la interpretación. A menudo le decían: “llevas un cartel en la cara, no puedes ocultar quién eres”. Y tampoco lo era para hacer balance cada año y despedirlo como la tradición mandaba. Pero este año era peculiar. Como hacía diez años. Y aun y todo, mostraba sus diferencias con el auténtico. Joder, el nueve era su número y había resultado ser el menos bueno de todos. ¿Qué había ocurrido? Podría decirse que estaría dividido en dos mitades, que lógicamente abarcarían seis meses. En esa primera mitad, obtuvo libertad ansiada. Salir de su jaula dorada sin rechistar. O de una burbuja repleta de confort. Que sonaba a tópico, pero había llegado por casualidad y ese impulso le saco de allí. No crean que nadie le obligo. Fueron sus propias convicciones. Claro que todo tiene sus consecuencias. En las que, por cierto, ni había reparado. El par le había calentado desde el principio y tan solo cuatro días hicieron falta para terminar de convencerse. Y lo más sensato sería preguntarse, ¿por qué? Ella solo quería terminarlo con su ansiado color pasional y con los golpeos de un cristal especial. Que privilegio con cautela apareció arrasando como un huracan las fortificaciones que en silencio se habían formado. Que valiente y que cobarde a partes iguales. Que lucha entre los dos en esa batalla ya acabada. Y volvió a aquellas creencias, a reformarlo, pero esta vez de hierro. Y tropezó mil veces más y espera seguir haciéndolo, eso significa vida y aprendizaje. Quiso quedarse con aquella pasión contenida y la libertad sin medida. Levantarse cada día apostando al ganador y perder en la segunda mitad. Abrir una herida punzante y revolverse inquieta por continuar hasta aquí. ¿Qué significaba dejarlo todo de lado? Abandonar su forma de ser, su dependencia emocional y hasta sus principios y salir triunfante de aquella. Porque de sobra sabe que lo único que le queda del buen tiempo son recuerdos.
También apreció los presentes cercanos y se agarró a la belleza de haberlo vivido. Debía seguir con los ojos cerrados sin saber que le quedaría ni que le esperaría.


Agradezco a esta historia las ganas de soñarte, cuidarte y vivir contigo, sin ti.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Días


Hay días que se esconden como la luna cuando aparece el día. Hay días que corren, que vuelan como aviones con destino un abrazo. Hay días que se esfuman. Hay días de 24 horas seguidas. Hay días normales, infinitos o casuales. Hay días con rutinas y días de despedidas. Hay días que te arreglan toda una vida. Hay días que duran 26 años. Hay días soñados y días de ensueño. Hay días grabados y memorizados. Hay días con paz, con guerra simulada. Hay días de pieles, de besos, de perros. Hay días de amor, de cariño, de amigo. Hay días con principio y sin final. Hay días de conformismo, de pasado, de presente y contigo.