sábado, 11 de octubre de 2014

Bombón

Poco a poco, se fueron enlazando sueños con temores y anhelos. Caminaba siempre concentrada en el horizonte, buscando respuestas que quizás podría encontrar allí.

Cierra los ojos. Sólo revívelo. Sólo palabras.

'Próxima parada'. Deja de temblar. Nervios, cigarros, tatuajes. Todo saldrá bien, vengo de allí.
Tras treinta escalones, sólo cien pasos. Parecen eternos, ya llegas, ya estás aquí. Disimula que viene. En su rostro, una sonrisa. Te sonrojas, no consigues articular palabra. Parece un sueño. Te has pellizcado para comprobar que es real.
Dame la mano, yo te ayudo. Sígueme. Confía en mí. 

jueves, 9 de octubre de 2014

La versión más intima.

"Ya ha comenzado la cuenta atrás, se acabará.
No es que no me importe...
es que simplemente, sé que lo hará.

¿De qué me serviría pensar que nunca sucedería?

Prefiero preparar una fiesta de despedida por cada uno de aquellos días que fueron tan..." 

Si existe otra manera de empezar, juro que no la encontré.
(“Despedida”- IZAL)

Por cada uno de esos momentos que no pueden compararse. Que merecen ser recordados siempre.
Aunque pase el tiempo y recorramos caminos diferentes, nos van a pertenecer siempre. Y cuando toquemos la meta con la punta de los dedos, sabremos que hemos ganado historias que contar, recuerdos que revivir y sueños cumplidos.

Por y para ti. Una versión pequeña y dulce de Desire.
La versión más intima y los pasos más solitarios al descubierto.

[Cuatro días, amor]

domingo, 3 de agosto de 2014

Un julio del 84..

Hay juegos que es mejor no empezar. Caminos sin salida. Rincones ocultos. Miradas llenas de mentiras. Trampas que nos pone la vida, lecciones que aprendemos a base de golpes, de caernos y levantarnos.

Déme una razón, una sola, por la cual debo seguir con este juego. Con este maldito juego, que un día yo misma comencé. Está apunto de llegar a su fin.

Tras ese episodio, me convencí que lo intentaría una vez más. Agarré mi momento, lo disfrute. Me deje llevar. Impulsos, ira, culpa. Y más de tres momentos inolvidables.

Sensible, atrevida, inocente, ilusa, celosa, agradecida, aventurera, apasionada, mimosa, orgullosa, humilde, cariñosa. Todos esos adjetivos. Pero una única razón, que comprendí al bajar de aquel tren: amor.


miércoles, 14 de mayo de 2014

Locuras

Y de repente, me doy cuenta de que me da miedo perderle. Esa rutina que me hace tener una sonrisa en la cara. Esos dulces que me regala cada día. Sin necesidad de preguntas, me ofrece cada día una respuesta.
-          ¿Y mañana?
-          ¿Y hoy? – responde.
Puedo describir por primera vez un sentimiento nuevo, que quizás haya estado escondido, esperando el momento adecuado para surgir, nacer, crecer y como no, crear una ilusión.
¿Qué dirán? No lo sé. Sus mentes son rincones  oscuros, en los que no profundizo. Son ignorantes de momentos, jueces por naturaleza, nunca de sí mismos.


Te invito a conocerme. ¿Un café? Una mirada. ¿Una caricia? Un “te quiero”. Y que cada sea único y su valor incalculable. ¿Es posible renunciar a lo que quieres por lo que realmente necesitas? ¿Cuál es el precio que estás dispuesto a pagar? 

miércoles, 5 de marzo de 2014

Mañana será hoy..

Probablemente, estas sean las últimas palabras de esta historia tan amarga.
Desbordada por los diversos problemas, decidió emprender un viaje hasta lo más profundo de aquella cueva.
Odiaba la incomoda arena de la playa, no soportaba el ardor que producía en sus pies, aquellas tardes de verano.
Con una sonrisa plena, orgullosa de haber tomado la decisión correcta, aquella arena quedaba indiferente.

Nadie llegamos a saber el porque de tan repentino viaje. En su última carta…

“Menos excusas, menos miedos. Más cambios. Adiós a mi incomodidad. Bienvenida a mi mundo. Hoy digo sí a mi felicidad. Quiero que alguien pueda seguir mis huellas para encontrar la misma felicidad.”


Y es que todos aspiramos a eso, a ser felices. A que en nuestros días brille el sol, a que nuestro corazón tenga una luz especial. A que nuestros sueños, se hagan realidad. ¿Y mañana? Mañana ya tendremos tiempo de que sea hoy. 

jueves, 30 de enero de 2014

Egoismo

Transcurren horas, días, semanas, meses, años. Aventuras, diversión, llantos.
Casada con hijos. Trabajo, salud. Y como cada mañana, despertarse al amanecer. Contenta, abstraída, sola con su intimidad. Ella y el amanecer. “El que me pierde, me busca. Y si me busca, me encuentra”. Y se pregunta: ¿por qué no un paseo?
Por la orilla, descalza, relajada, concentrada en sus pensamientos… Y de repente, él, la casualidad más bonita de todas las casualidades. Cruzan miradas de complicidad, miradas que lo dicen todo, miradas fugaces, furtivas.
Él, sobre dos ruedas, y detrás ella, que le cuida, le protege, le mima. Se miran, se sonríen.
Le gustarían tantas cosas. Faltan tantos momentos. Sigue su camino, mojándose los pies, distraída, dejando las huellas en la arena de la playa.

Hacia delante, horizonte. Echa un vistazo atrás, amor, locura, pasión y… tan sólo cinco pasos.