Roto

Anclado en el pasado, vivo el ritmo diferente, atónito. Mis sentidos me reclaman. Rebusco las palabras para no tener que decírtelas. Recuerdo haberte tenido, y ahora, roto, por el dolor, por el transcurrir de los días sensoriales sin sentido, te escapaste de mis manos. Casi siempre jugando al azar, con miradas hacia todos lados. Hasta tu forma de disimular. Y tus delicados actos para reconocerte dama. Las inseguridades de los formatos de la sociedad y sus cambios. Los extrañan mis deseos. Mis temores cuando era tan sencillo como sentir la paz interior que me ofrecías. La calma constante, a pesar de los nervios, tus nervios, tu falta de control, tu improvisación, tus impulsos. En definitiva, aprender a vivir sin ti, contigo al lado.

Labios

Aquí no valen medias tintas. Me la he jugado por un beso. Me he enamorado y he vencido. Poesía de tus labios. Lágrimas de amor sufrido. Una canción, un destino: tus brazos. Un baile soñado, el vaivén de la rutina. Dejarse llevar. Ganar. Luchar. Aciertas. Buena suerte, buen viaje.

Despertar. Reír, jugar, disfrutar. Lo siento, voy a parar el tiempo. Quédate conmigo. Suelta mi mano. Baja la guardia. Frena despacio, vienen curvas.

Adrenalina de un deseo que viene y va, que siempre está. Pierdo los nervios, desnudas mis sentidos. Permítame que te lleve en el alma, en lo más profundo de mi ser.

Déjame porque te prometo que voy a enamorarte. Ruido en la cabeza. No vuelvas a caer. Peligroso deseo. Soñar cada momento para vivirlo dos veces.

Amanecer y volver a empezar. Cuenta atrás. Dame amor. Quiero decirte que recuerdo lo que acostumbrábamos a sentir.

Ajeno

Ajeno al dolor, ajeno a la oscuridad. Se han secado las palabras. No producen efecto. Hacen eco, por el vacío interior. Solo el silencio nos sanará. Solo nosotros sabemos recuperarnos. Buscarnos en los recovecos del corazón, dejarnos la piel, quemar el tiempo y resurgir de sus cenizas. Con recursos limitados, sobreviviendo, cada uno a su estilo. Tú sin control y yo revolución.