lunes, 2 de abril de 2012

¿Bailamos?

Se fugo de su lugar de origen. Se repitieron los intentos de su vuelta, pero todos resultaron fallidos.
Derrepente, algo fuera de lo normal. Dudas, planteamientos y al fin y al cabo, cariño.
Algo extraño, diferente, singular, él y ella. Bailan lento, sin prisas, sin interrupciones, sin complicaciones. Ninguno sabe bailar, pero no importa, nada se interpone. En el siguiente movimiento, otra aventura. Se desorientan con sus propios pasos, desconocen cuál será el próximo. Silencio. Cambian de estilo. Direcciones claras, órdenes concisas. Dejarse llevar es una condición para mantenerse a lo largo del tiempo.
Tropezones, pisotones, dificultades.
Ella sabe de la existencia de su compañero de baile. Sin él, bailar no tendrá sentido, será insuficiente. Volverán a empezar, como auténticos desconocidos, y al fin, podrán bailar eternamente.
O por el contrario, cada uno buscará a una nueva pareja de baile para competir.