viernes, 31 de julio de 2020

Años


Donde empezó tu libertad, acabó la mia. A veces, simplemente se trata de eso. De quedarse quieto, echar raíces, soñar con los ojos abiertos, conformarse y llegará. Porque todo llega de eso estoy seguro. Si hemos superado lo peor, estaremos preparados para lo mejor.
Repetimos patrones, historias, ensoñaciones. Como la primera vez. A mi me enseñaron a amar así. Un julio del 84, brotó la primavera y la primera mariposa que tuvimos.
Y te vi, pasados los años, exactamente igual. No había playas, ni arena en la que marcar nuestras pisadas, pero si la mujer de tu vida. Tan especial como siempre. Y nos cruzamos con tanto amor, que cambiamos el destino.
Ven conmigo, dame la mano y no la sueltes. Recorreremos mil calles y mil playas y nunca nos va a abandonar. Vuela con nosotros.

miércoles, 29 de julio de 2020

Magia


Diviértete recordando la mejor imagen, la que siempre perdura en el tiempo. A pesar de los cambios, a pesar de la vida. ¿Cómo lo pudiste soñar tan real? Vestían albornoces blancos. Claro, como olvidarlo, estaban en un hotel. Quizás el recordatorio de una búsqueda te llevo ahí. Ahora no está demasiado claro. Siempre has imaginado que la belleza, el cuidado y la higiene visten de blanco. Por fin solos sin barreras. Sonaba una cuenta atrás mientras escuchabas el traqueteo del tren. Has cruzado el límite, inigualable oportunidad. Magia, eso es precisamente lo que sentiste. Alivio a tanto sufrimiento, calma, olvido por un instante. Entre tanta sonrisa, te encontrabas llena de vida, cual burbuja sin molestias.

lunes, 20 de julio de 2020

Rehén


Tú con tus poemas de otra vuelta. Y yo queriendo querer. Una más en un camino de piedras. Bonito tropezón. Divertirse sin parar. Juego de dos. La amistad rigurosa que nos salvó.
He vuelto. Voy a quedarme. Estoy segura de que lo haré. Resurgiendo, levantando. Les confieso, caí en picado de aquella nube que solo prometía flotar. Abrí el corazón y hasta las piernas. Joder, era algo fuera del alcance de cualquiera. Podríamos tenerlo a pesar de los sentidos molestos y la rutina, que apretaba al máximo. Con más fuerza, ahora dibujar el presente resultaba motivador. Y realmente, fue lo único que me salvó.