domingo, 19 de diciembre de 2010

Anticipada.

Después de tantas dificultades, al fin, llego el día, aquel día fue uno de los mejores días de su vida. Estaba en su casa, pensativa, como nunca lo había conseguido, veía las cosas mucho mas claras. Él la quería y si no era si, el tiempo pondría las cosas en su lugar. Ella decidió equivocarse, al fin y al cabo esa era una forma correcta de vivir la vida, siguiendo aquel refrán, que siempre le recordaba su mama: “de los errores, se aprende”.
-¿Tú le quieres?- preguntó.
Ella quedo muda, ante aquella pregunta.
-Si no me contestas, pensare que si, recuerda que el que calla, otorga, ¿qué tienes que esconder? Quizás, es que tienes miedo a enamorarte…-dijo.
-Mama, déjame en paz, déjame sola, necesito pensar- dijo ella.

Unos segundos después, ella sola, escuchando música y pensando. Sonó su canción como si fuera acertada en ese momento, ella solo necesitaba estar con él, lo tenía mucho mas claro, ahora más que nunca, date prisa, díselo, no pierdas el tiempo. La canción acaba, los recuerdos se esfuman como por arte de magia y ella sigue sentada delante de su pantalla, viendo la vida pasar, sin poder hacer nada.

Mientras esto sucedía, él, totalmente relajado, comentaba con su gente, lo enamorado que se encontraba de aquella muchachita, “la de cabello oscuro, facciones claritas y mirada graciosa”. Nada de esto podía ser imaginado por ella. Ahora que ya había tomado la decisión, alguien se lo iba a arrebatar de la mente. Tenia que impedirlo, pero ¿cómo? Él no le debía nada, ni si quiera el mínimo cariño. .
Cuando se entero, el golpe fue duro, el día se nublo y su sonrisa fue sustituida por el llanto.
Quizás no te quería. El tiempo, el tiempo fue el causante de todos los males. Las miradas, las miradas fueron testigos de aquel amor de verano. Su corazón, este había sufrido una vez, no se permitió el lujo de que fueran dos, simplemente quedo suavemente dañado, pero en unos días estaría recuperado, así le habían asegurado los expertos.
Por un momento, pensó que tenía todo ganado que él solo tenia ojos para ella y que ese era el único amor verdadero, el hombre de sus sueños, el ideal. Pero no, no resulto ser cierto. “Todos son iguales”, todos no, él no era así, pero ¿qué le había pasado? y sobre todo ¿por qué mentía? Quería hacerla daño, rencor, dolor, amor y egoísmo.

Él se encontraba en su casa, sentado, acompañado por una bella jovencita, de cabello rizado y una mirada intensa y profunda. Ya iban dos, ¿Qué sentido tenia todo esto? Él no lo sabia, no podía controlarse. Su rabia tenia que ser canalizada de alguna manera, quizás esta era la mas correcta. Sin saber que en algún lugar del mundo, ella lloraba a mares, sin ningún apoyo; él besaba el cuello de la joven, con una mano le retiraba el pelo de la cara y con la otra se apoyaba en ella. Todo era muy bonito, si, claro que si. Ahora nadie se lo pasaba bien, sino que se lo pasaba estupendamente… Ahora nadie tenia dudas, bueno si, quien de los dos quería mas al otro… Ahora ya no había esperanza, ya estaba conseguida… No existían noches, viendo amanecer, solo existía el amanecer entrando por su ventana, mientras que él veía como ella se despertaba...un buen despertar de una mañana de domingo.

Y ahora ¿qué? ¿Qué nos queda? ¿Hasta que punto llegamos? ¿Dónde ponemos fin a esto?

viernes, 10 de diciembre de 2010

Querido diario, hoy ha venido a visitarme…

Un ángel, ¡sí!, de verdad, no me lo puedo creer, al fin parece que Dios se nos revela, ahora, tras 1.010 años de vida alargada artificialmente, por fin conozco la revelación de la vida, siento que mi vida ha tenido un sentido real, miro a mi alrededor, y, a pesar de tantos años sigue a mi lado aquel que me prometió amor eterno, al único que de verdad amo, la persona que cumple los desvelos de mis deseos, por fin, contemplando al grande, parece ser que es mi hora, pero lo quiero así, lo tengo todo de verdad, me siento feliz de manera completa, siento un amor puro hacia todo lo que me rodea, querido diario, vendrás conmigo a ver al altísimo y a seguir disfrutando.
Con mucho amor, Vero.