miércoles, 14 de mayo de 2014

Locuras

Y de repente, me doy cuenta de que me da miedo perderle. Esa rutina que me hace tener una sonrisa en la cara. Esos dulces que me regala cada día. Sin necesidad de preguntas, me ofrece cada día una respuesta.
-          ¿Y mañana?
-          ¿Y hoy? – responde.
Puedo describir por primera vez un sentimiento nuevo, que quizás haya estado escondido, esperando el momento adecuado para surgir, nacer, crecer y como no, crear una ilusión.
¿Qué dirán? No lo sé. Sus mentes son rincones  oscuros, en los que no profundizo. Son ignorantes de momentos, jueces por naturaleza, nunca de sí mismos.


Te invito a conocerme. ¿Un café? Una mirada. ¿Una caricia? Un “te quiero”. Y que cada sea único y su valor incalculable. ¿Es posible renunciar a lo que quieres por lo que realmente necesitas? ¿Cuál es el precio que estás dispuesto a pagar?