Descubro la realidad por un minuto, me muestro desnuda ante
sus instintos. Me acaricia la mejilla, bien sabe cuales son mis perdiciones.
Que mirada tan intensa. Pero por favor, que no se desconcentre. Ya no hay nada
más ahí fuera ni aquí. Volvimos a parar el mundo. Que facilidad. Yo no recuerdo
como he llegado, de fondo, mis recuerdos, el que nunca falla, el que siempre
acierta. El cautivador, el poeta. Rescatando sus desordenadas vivencias. Lo ha
hecho, lo ha vuelto a hacer. Me ha dejado sin aliento. He vuelto a recordar la
pasión sin límites.
Prometo que me costó volver. Quizás fue un sueño. Pero eso sí,
no he vuelto a pensar en otra cosa que en ese breve momento en el que nos
mezclamos sin olvidarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario