miércoles, 5 de marzo de 2014

Mañana será hoy..

Probablemente, estas sean las últimas palabras de esta historia tan amarga.
Desbordada por los diversos problemas, decidió emprender un viaje hasta lo más profundo de aquella cueva.
Odiaba la incomoda arena de la playa, no soportaba el ardor que producía en sus pies, aquellas tardes de verano.
Con una sonrisa plena, orgullosa de haber tomado la decisión correcta, aquella arena quedaba indiferente.

Nadie llegamos a saber el porque de tan repentino viaje. En su última carta…

“Menos excusas, menos miedos. Más cambios. Adiós a mi incomodidad. Bienvenida a mi mundo. Hoy digo sí a mi felicidad. Quiero que alguien pueda seguir mis huellas para encontrar la misma felicidad.”


Y es que todos aspiramos a eso, a ser felices. A que en nuestros días brille el sol, a que nuestro corazón tenga una luz especial. A que nuestros sueños, se hagan realidad. ¿Y mañana? Mañana ya tendremos tiempo de que sea hoy.