Reflejos liberados

Liberar el alma, liberar la piel a los sentidos que provocan tus caricias.

Arrastrar los sueños por tu espalda.

Humedecerlos en los labios.

Sentirnos realidad en este cuento sin final, sin certezas de principio.

Realidad inconexa,

Recuerdo haberlo olvidado,

Eras una extraña. Te has enamorado.

Cosido a tu espalda, incluida en mis vicios.

Mirada encendida, maestra de sentimientos escondidos.

Placer incluido, pasional en las formas.

A la medida de tus labios, en el vaho de los espejos.

Revivirte

Estremezco al pensar que puede ser la última vez que vuelva a reconocerte la piel, el calor, el amor. Las veces que esa horrible idea aparecía por mi mente era con un gran peso y no siempre decidía irse temprano, aunque no fuera bien recibida. Pues bien, se ha mostrado repitiéndome que el momento presente es lo que vamos a disfrutar. Distinta, se trataba de ti. De los sentidos. De los inconexos momentos y otros tantos mundos paralelos. De la poesía, de las similitudes. De tu cuerpo en mis manos. Y brotan miles de detalles acabados correctamente, llegados a su fin a pesar de la inquietud por querer seguir viviendo y compartiendo los sentidos. Y el recuerdo te lleva al olvido de un cuerpo inerte hallado sin libertad. Así que te muestras, corazón, compartido, dolorido y con la pesadumbre de terminar el deseo de la vida más bonita que se pudo vivir. Y anhelas la advertencia, el peligro y su final. Su dolor, su pesar. Reclamo sin olvidarte que querías recordar esos instantes de felicidad.

Tu esencia

Que el presente nos deje libres ante un futuro inmediato. Soñando por volver al punto de partida. Evidentemente, notarás los cambios y las experiencias vividas. Probarás de nuevo el olvido, con otros ojos. Sentirás el deseo irrefrenable de poder aumentar la dosis. Pero no lo dejarás porque es su promesa y tú jamás las rompes.

Tienes esa esencia tan especial que te envuelve y la ensoñación que respira aromas a hierbabuena. Describiéndote así, con pura magia y sentido.