martes, 19 de febrero de 2019

Primero


Crear y amanecer. Vivir cada segundo al límite. Compartir las alegrías. Escuchar su risa mientras te mira con cara de póker. Creo que le sorprendes a diario, imaginando los futuros contigo.
A veces, le echas de menos. Otras veces, no quieres ni pensarle. Porque si un día desaparece, se lleva parte de ti en los poros de su piel.
Gruñes cuando descubres que improvisas sin darte cuenta. Te enfadas. Y lo que siempre funciona es su mirada. Su consuelo. Su forma de ver las cosas. Aptitud, lo llaman. La fuerza, la lucha continua. Valiente hasta en las peores situaciones. Me gusta como mira hacia delante, como afronta la realidad. Como se enfrenta a sus miedos, como disimula cuando duele. Si, era dolor. Realmente, le dolía, lo sufría, como todo el mundo. Aunque tarde, fue el primero.
Decías que todas las personas no son iguales. Que las historias se viven de forma distinta. Es importante el punto de mira, las percepciones, hasta los prejuicios.
Y lo esencial, fue conocerte. Como nunca, como a su mirada.

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