Es tan grande que no podrás
ocultarlo. Miradas furtivas cuando cree que no la mira. Un beso robado. Unas
mejillas sonrojadas. Una sonrisa de oreja a oreja. Me encanta como le miras. No
para de hablar y tú solo le miras. Tiene sentido. Amor lo llaman. A mi me
parece una tortura. Lo recuerdo como una ilusión en un mundo de burbujas
gigantes, flotando sin rozarse. Algún día voy a encontrarte en sueños. Pienso
pedirte que cruces ese punto conmigo. Y quiero que alcances el deseo. Huir de
su mano. La de él. Acariciar sus labios. Aunque solo sea un rato. Maldito
paraiso.
Maldita locura cada vez que
pienso en su boca, en sus labios. Joder que ganas de morderlos. Cada vez más
cerca, sin rozarnos. Inevitable deseo de seducción. Miradas que no callan. Si
él supiera que me muero por sus huesos. Que manera de expresarlo sin palabras.
Que gusto su compañía. Que deseo tan grande. Que similitudes tan distintas. Es
poesía. Hace magia con sus manos. Ardientes. Ojalá recorriéndole el cuerpo con
los labios. Ojalá sus dedos, sus caricias, sus sentidos. Tal vez pasión, tal
vez amor. Tal vez, nosotros.
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