Odio el invierno y su frío. Es
muy sencillo. Yo solo buscaba a alguien que te caliente la cama en este
invierno tan helado. Que te abrace por la espalda y te acaricie silencioso con
sus manos inocentes. Que te de el calor que necesitas. Que me haga ver que
nuestro calor puede con los grados inferiores de fuera del colchón. Y al
amanecer, al despertar, dejar volar la imaginación frente a una taza de café
humeante. Te buscaba a ti y no te encontré. Recuerdos de un invierno fugaz e
imperfecto que acaba de comenzar. En cualquier parte, no te me escapes. Mente
voladora, olvídame en silencio que nunca te llegue a encontrar de verdad.
Malditas pesadillas nocturnas, maldito despertador, malditos besos de ensueño.
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