Ajeno al dolor, ajeno a la oscuridad. Se han secado las
palabras. No producen efecto. Hacen eco, por el vacío interior. Solo el
silencio nos sanará. Solo nosotros sabemos recuperarnos. Buscarnos en los
recovecos del corazón, dejarnos la piel, quemar el tiempo y resurgir de sus
cenizas. Con recursos limitados, sobreviviendo, cada uno a su estilo. Tú sin
control y yo revolución.
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