martes, 21 de marzo de 2023

BANG

La primera vez que supe de ti una luna llena nos acompañó con su luz particular. Quizás el momento lo requería. Ahora lo comprendo, permaneces para aportar este pequeño granito que te dedico. Se entristece la mirada. No eres tú. Se apodera el dolor y el sufrimiento. Pleamar. Pero cuando el sol brilla, tú lo haces con él. Se engrandecen tus ojos. (Que los ha heredado). Y tu mirada vuelve a su ser. Te reconozco y entonces se con certeza que has trasmitido belleza y amor. Me parece que nos encanta el chocolate. A nadie le amarga un dulce. Y de eso también aprendo. Te has sentido orgullosa y han sido partícipes de tu sentir.
En tu cuidadosa estima, en tu preocupación, te vuelvo a reconocer como lo que eres. Testigo de esta historia vivida, la mejor madrina que se podía tener. Ojalá este pedacito de mí, contigo, igual que me regalas esos apreciados momentos.
No te conozco y eso lo hace aún más especial. No temas, te sostengo de mi mano.

Bondad. Paciencia. Saber estar. Enseñanza y aprendizaje. Hacer por estar juntos y unidos. Te recuerda a diario, estoy segura. Brillas como una estrella y te incluyo entre las relucientes. A veces, no hay explicación, solo sentimientos. Esperaba encontrarte tras este período de tiempo y no tuvimos la ocasión. Disfrutar, sonreír, estar por los demás. Son valores enormes que respeto ahora con más ahínco. El mejor, al que acudir, el que nunca te falla. Que sabía hacerlo. Llenaba de a poquito el corazón, sin darse uno cuenta. Transmite esa tranquilidad que ansiamos. De verdad que todo a través de sus palabras, suena abundante y grandioso. Cuéntamelo otra vez. Era el marido de la hermana de su mujer, y yo lo confundí contigo. Esta mañana, aparecía su recuerdo en el periódico regional. Jamás encontré las palabras para describir el dolor de no acompañar. El ángel que te guarda lo hizo por mí. Y así te doy el relevo, te presento.

Como se relaciona en unos pocos años. Forjar una amistad de hermanos. A pesar de las pequeñas diferencias, cuántas semejanzas. La acogida del principio. ¿Quién te lo ha enseñado? Me remito al inicio de este texto. No me siento responsable, y sin perjuicios, admirable.
Vivencia que a primera vista podría quedar en la superficie, pero que esta semilla germina con una profundidad e intensidad incomparable, dignas de valorar en aprendizaje. Qué manera de entenderse. Vivir situaciones, experiencias. Detallista, cuidadosa. Discreción. En tus manos, y son las correctas. Representas el conjunto, del que sabemos el comienzo. Si mal no proyecto, el final solo es fatal. No sin vosotros.‘Te elegiré, bonita’. Acompáñame, compréndeme, vívelo conmigo de primera mano, no me abandones. Festejos, risas, aullidos, inocencia, hermandad y siempre a cambio de nada. Os elijo mil veces más.

Y a ti, te digo que ser feliz está el alcance de tu mano. No dejes escapar el momento.

En continuo aprendizaje, mi alma lleva tatuadas estas letras: BANG.

No cambies una B por una V, a menos que se trate del alma.
El orden no es casualidad. Únicamente fruto del destino.

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