Me recorre por la piel un escalofrío de saber, que a pesar
de ser tan distintos, nos hemos conocido.
Que le acompaña en una noche fría. Amargura.
Un escalofrío distinto por haberlo vivido.
Con una copa del vicio que invade tu cuerpo.
Por no haberlo rechazado.
En cada verso que te escribo. Para que sepa que es el único
por el que sueño.
Hablo de mí. De mis manías. De mis perfecciones imperfectas.
Del tacto. Y también del aroma que dejas en mi piel cuando te marchas. Ya te
has ido. Sabor a sal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario