Un despropósito me llevo a tu deseo de volar por el mundo. Sin
dejar huella pero con sentido. Volviéndonos locos con tus instintos básicos. Allí
estaba yo tratando de comprender esta locura de vida. Sobreviviendo más bien,
qué otra cosa podríamos hacer. Adaptada situación cuando arrancaste a decir que
tenías que irte. Se marchó. Claro que se fue, como cuando despegan los aviones
rumbo a los corazones de quien los integran. Vacía y ya sin consuelo, te
escribí una canción e imagine cantártela al oído. El cosquilleo y verte sonreír
después de infinitas lágrimas era fruto de la magia que se había creado. La dejé
a medias como significado de estas vidas que se van demasiado pronto. El cielo,
más azul que nunca, el sol brillante, el espejo de la sonrisa que un día
formaste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario