Tú también podías vivir sin mí, pero no querías.
Tú también morías por los besos sin medida.
Tú también deseabas vivir cada primera vez.
Tú también me echabas de menos.
A ti también te daba pánico perderme.
A ti también te calmaban los abrazos.
A ti también te ardía la mirada el alma.
Tú tampoco querías velocidad, pero si adrenalina.
Tú tampoco querías silencio.
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