lunes, 18 de marzo de 2019
Nuevo día
Te levantas pronto. Ducha, vestirse, maquillaje y a la calle. Zumo de naranja, gracias. Son tus primeras palabras. El café te gusta a media mañana y el croissant con mermelada de fresa. Acida. Con mucho sabor. Después en el trabajo, con los clientes. Reuniones, teléfono, primeras impresiones, desilusión, energía. Ya son las 5, es hora de volver. El café de las siete, se alarga con un par de pinchos y unas cervezas. Joder, que mañana. Y liberas tu estrés. Y olvidas. Desconexión. Sino, ¿qué nos queda? Ocio. Después, ya en tu casa, revisas tu vinoteca. Y te dejas llevar. Ya no estás sola. ¿Qué tal el día? No ha venido con ganas de hablar. No obtienes respuesta. Brindamos. Tienes algo que celebrar. Deberías valorar lo que tienes, por si un día, dejas de tenerlo. Amor, cierra los ojos. Y te rindes, se rinde, se rinden. Locura premeditada. Me avisas con alegría. Comienza un nuevo día.
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