Estremezco al pensar que puede
ser la última vez que vuelva a reconocerte la piel, el calor, el amor. Las
veces que esa horrible idea aparecía por mi mente era con un gran peso y no
siempre decidía irse temprano, aunque no fuera bien recibida. Pues bien, se ha
mostrado repitiéndome que el momento presente es lo que vamos a disfrutar.
Distinta, se trataba de ti. De los sentidos. De los inconexos momentos y otros
tantos mundos paralelos. De la poesía, de las similitudes. De tu cuerpo en mis
manos. Y brotan miles de detalles acabados correctamente, llegados a su fin a
pesar de la inquietud por querer seguir viviendo y compartiendo los sentidos. Y
el recuerdo te lleva al olvido de un cuerpo inerte hallado sin libertad. Así
que te muestras, corazón, compartido, dolorido y con la pesadumbre de terminar
el deseo de la vida más bonita que se pudo vivir. Y anhelas la advertencia, el
peligro y su final. Su dolor, su pesar. Reclamo sin olvidarte que querías
recordar esos instantes de felicidad.
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