El mejor día de la semana. Los últimos bailes. Movimiento, pasos, práctica. Soledad. Unos minutos. Egoísta. Sentada contemplando, relajada. Una familia singular. Típico. Común. Y de repente, te incluyen. Sirve una tortilla, en bocadillo. Después, prohibición y a continuación, deseo. Errores comentidos. Rebeldía única. Lo correcto, lo establecido. No tenemos problemas porque tenemos la mente del revés. Y no queremos verlo. Recordatorio bonito. No te cohíbas. Responsable, seguridad.
Por eso me gustabas, por eso quería hartarme de ti. Eras fugaz e intenso. Siempre has sido lo más deseado. Dulce sensación. Bendita inocencia. Infancia terminando las semanas. Que luz, que brillo tenías, que gusto. Creo que nunca te disfruté lo suficiente. Pero no te he podido olvidar nunca. Hasta el amanecer.
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